“Nuestra tesis política para el mundo y el nuevo orden mundial para vivir bien. Un nuevo orden mundial que debe construirse sobre la base de la hermandad de los pueblos y en armonía con la Madre Tierra para el “vivir bien”. Tesis demagógica presentada por el presidente Evo en la ONU.
La Constitución aprobada por el MAS, establece que Bolivia se constituye como un “Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional, Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país”.
La Constitución Política del Estado reconoce a su vez, 36 diferentes naciones o pueblos indígenas originarios y campesinos. En cuanto a la organización territorial, reconoce la existencia de cuatro tipos de autonomías: Departamental, municipal, regional e indígena originario campesina.
En la realidad, Bolivia es un país diverso, mayoritariamente mestizo y de las treinta y seis naciones enunciadas en la Constitución se destacan solo dos, las que el masismo controla: la quechua y la aimara. No existe pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico. Los mestizos y los pueblos indígenas originarios son cada vez menos y están permanentemente bloqueados, confrontados y discriminados por los populistas cocaleros.
Contrariamente a lo expresado en su discurso, que postula el vivir bien y el respeto a la Pachamama; el gobierno masista en su práctica populista y de dominio autoritario, induce a la pobreza, promueve el racismo, la exclusión, el avasallamiento y destrucción de los bosques; mientras promueve la coca, las actividades informales y todo lo que contribuya a empoderar y movilizar a sus bases.
El Gobierno central se apodera más del 80 por ciento de los recursos fiscales y para evitar que las regiones orientales, que tienen una visión liberal y productiva se desarrollen y crezcan, les ponen trabas a sus exportaciones agropecuarias y al acceso a las tecnologías que aumentan su productividad.
Generan un permanente bloqueo que afecta al sector productivo, avasallan las tierras y bosques e impulsan la colonización y los cultivos de coca
Ante los reclamos de la población se implanto una autonomía chuta; legal pero sin competencias ni ejecutores.
Estado Plurinacional, un proyecto racista, cocalero y de poder irrestricto.
El Estado es un concepto político, que alude a las instituciones que hacen funcionar a un país dentro de un territorio determinado. La Nación es un concepto sociológico que alude al conjunto de ciudadanos que comparten rasgos culturales, históricos y sociales.
El Estado liberal moderno está regulado con base de un Estado de derecho que lo legitima y que basa su organización con independencia y división de poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral.
Desconociendo el proceso histórico de conformación de los Estados Democráticos, el MAS creo su propia versión: Destruyo la República Democrática e impuso el Estado Plurinacional cocalero, que se basa en el autoritarismo, el centralismo, el racismo, la exclusión, la informalidad y la coca.
Se inventaron símbolos como la wiphala a la que presentan como ancestral, aunque es de reciente creación y no la utilizan para identificarse, que sería lo correcto, sino para confrontar con los otros.
El Estado Plurinacional es una ficción y no reconoce a los pueblos originarios y más bien cuidando sus propios intereses de poder, los masistas se enfrentan con ellos y también con los q’aras mestizos, mientras avasallan y destruyen a la Pachamama.
Tampoco es un Estado Nacional y lo que en realidad es, lo explica el Diputado Miguel Roca: “El MAS es una Corporación de Sindicatos prebendales”.
Un Gobierno dictatorial populista cocalero, que vive de la confrontación y bloquea el progreso del país y de su gente. Así nomas había sido.
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