Trinidad, 28 May (Erbol/Valle Press).- La Universidad Autónoma del Beni (UAB), descubrió por casualidad una enfermedad poco frecuente en humanos pero que ataca normalmente a animales; e inmediatamente comenzó a desarrollar investigaciones con sus docentes sobre el origen del contagio y apoyar la recuperación de la portadora, cuyo nombre no fue revelado.

El médico veterinario, Diego Armando Suárez Arza, docente responsable del Laboratorio de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UAB, explicó que durante una práctica de laboratorio, descubrieron una infección en los glóbulos rojos de una muestra de sangre causada por el parásito Babesia, e inmediatamente diagnosticaron la enfermedad de Babeosis.

La babeosis es una enfermedad causada por un parásito que ataca los glóbulos rojos de la sangre y transmitido por las garrapatas del tipo Boophilus microplus que habita en los bosques benianos y normalmente infecta a los animales domésticos o ganado bovino.

“No es común esta enfermedad en un humano, pero es posible ser portador pasivo del mal. Tampoco es mortal, una persona que está infectada con babesia puede desarrollar sus actividades normalmente, pero llega un punto en que rechaza los alimentos y viene una pérdida de peso que puede generar complicaciones al enfermo”, explicó.

Dijo que los síntomas son malestar general, anorexia y fatiga y “esa fue la sintomatología que mostró la enferma durante los últimos meses, todo lo que comía vomitaba, ya no quería alimentos y había una pérdida de peso muy llamativa que nos obligó a buscar ayuda especializada”.

Señaló que la babesia se encarga de destruir los glóbulos rojos y debilitar el sistema inmunológico y “esa casualidad de descubrir al protozoario nos permitió investigar más a fondo el tema y la universidad va a preparar una investigación más profunda con toma de muestras en el personal que realiza trabajo de campo para saber su prevalencia”.

ASÍ SUCEDIÓ

El médico veterinario Suárez Arza, informó que el pasado 11 de mayo tenían clase de práctica en laboratorio con los alumnos del décimo semestre de la carrera de veterinaria y todos llevaron diferentes muestras de sangre; “la idea es que lleven muestras de sangre animal para familiarizarse con los estudios”.

Contó que ha pedido de un alumno fue a manipular el microscopio y se sorprendió al identificar un protozoario; “entonces le pregunté de que era la muestra, o sea quería saber sangre de que animal había traído para la práctica y mes reveló que era de su prima y ahí comenzó todo”.

Informó que le pidieron una nueva muestra de sangre para confirmar el diagnóstico de que se trataba de babesia eritrositaria y lo reconfirmaron, pero por razones de seguridad también optaron por enviar una muestra a un laboratorio especializado en Santa Cruz. “Fue el mismo resultado que nosotros teníamos a la mano”, señaló.

Hoy, la joven madre afectada está bajo cuidados médicos del especialista en enfermedades tropicales, Alberto Gantier Pacheco, quien señaló que a pesar de que esta afección es frecuente entre los animales, las personas rara vez resultan infectadas y hay que desarrollar un tratamiento médico que no es complicado.

DONDE SE INFECTÓ

La joven enferma que solicitó el anonimato, reveló a los médicos veterinarios que posiblemente contrajo el mal por la vía de una picadura de garrapata cuando ingresó al bosque en la zafra de castaña en la amazónica Riberalta.

Contó que hacía vida normal, pero entró en un proceso de adelgazamiento y repulsión a los alimentos.

MADRE: “ESTABA PREOCUPADA POR MI HIJA”

Su madre, que también solicitó el anonimato, informó que se preocupó porque su hija vomitaba lo que consumía y pensó que estaba ingresando a un proceso de anorexia que tarde o temprano podía causarle problemas.

“Por suerte sucedió el descubrimiento y ahora mi hija está bajo tratamiento médico especializado, agradezco a los médicos que ayudaron su recuperación”, dijo la madre de la enferma.

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