Me cuentan – Manuel Vargas / LA PRENSA – 10.4.2011
El otro día un pariente se venía de Riberalta a La Paz. Al llegar, me contó que había tardado una semana. ¿Cómo es eso? Y me explicó que, entre otras cosas, había bloqueos en tal y tal parte, y que en otras el agua no lo dejaba pasar. Y yo pensé, pero eso no estaba en los noticiosos de ninguna parte. Y me dijo que su equipaje tuvo que dejarlo en la primera flota que venía directo a La Paz, y que tuvo que irse por Trinidad y luego Santa Cruz, y luego Oruro y finalmente La Paz. Y que mañana iría a recoger su equipaje, pues de repente ya había llegado a las oficinas de Villa Fátima.
Yo no quiero comentar nada de estas cosas. Simplemente digo: me cuentan.
Un muchacho que llegó de España me explica que, aquí en La Paz, fue al concierto de unos grandes y famosos músicos. Y le llamó la atención las diferencias y las preferencias que se dan en nuestro país que dizque va rumbo al socialismo y a cero discriminación. Cosa que no notó en el llamado primer mundo. Aquí la cosa es “tanto pagas, tanto vales”, dice. Y yo no digo nada.
Otro jovencito a quien conozco tenía que defender su tesis en una facultad de la UMSA. Era la segunda vez que lo intentaba. Y justo vino la movilización de la Central Obrera Boliviana. Y él tenía que “buscar a su gente” para ese acto tan importante en su vida. Pero no tenía mucha plata. Y no les pudo ofrecer gran cosa a los catedráticos, delegados y demás personas que hacen posible dicho acto. Pero consiguió un radio taxi para que una de las personas importantes pueda desplazarse de su casa a la Facultad. Pero cómo será, con tanto lío en el Centro. Si llegarán esas personas importantes, si podrán esperar un poco. Llegaron unos, faltaban otros. Qué pasa, pues, esto no está bien organizado. Yo me voy, qué te pasa, no has movilizado a tu gente. Me has hecho perder mi tiempo. Yo tenía una reunión importante. ¡No me conoces! Cuidado que me estés llamando otra vez. Qué barbaridad. Y no tengo para mi taxi.
Y las personas importantes se fueron, riñendo al pobre jovencito que se atrevía a defender su Tesis de Licenciatura en la Universidad Mayor de San Andrés. Así nomás dice que es. Yo no opino. Me cuentan. ¿Así que no pudiste, chango? No, hermano, es la segunda vez que se suspende este acto. Pero qué te preocupas; yo hace doce veces que he tenido que suspender. Bueno, la próxima vez será. Difícil es pues. Hay que tener plata.
Yo no opino nada. Yo no soy periodista, porque, si no, podría hacer una denuncia con todas las de la ley, con las pruebas del caso y demás. Me cuentan. Es que hay personas muy importantes. Les ha costado mucho sacrificio llegar adonde han llegado. Así nomás es la cosa. Y ahora no tienen tiempo para este simple estudiante que se atreve a ser licenciado. Y hay que invitarles algo a las autoridades para aliviar su situación. Para que se sientan contentos y tengan voluntad. Pero no, yo no opino nada. Sólo escucho.
Y veo también la televisión. Pero las noticias no dicen nada de la tragedia de ese muchacho que no pudo “organizar”” bien la defensa de su tesis. Y nadie se ha enterado en cuánto tiempo llegó este otro joven de Riberalta a La Paz. Eso no es noticia. La noticia, en cambio, está en la voz del Vicepresidente, que dice que los obreros no están bien informados, están equivocados, o están siendo manipulados por oscuros intereses, o algo así. Y que por eso se movilizan, sin motivo, por ganas de joder.
Escritor
