El viceministro de Gobierno, Jorge Pérez, visito la carceleta local y pudo comprobar las extremas condiciones de hacinamiento en que se encuentran los más de 160 internos detenidos por diferentes causas, comprometiéndose de forma urgente la solución de álgidos problemas, entre ellos la falta de agua corriente, además de coordinar acciones con las entidades autónomas a objeto de proceder a la construcción de una cárcel modelo que ponga fin a la actual situación que viven los reclusos.

Pérez demandó a las autoridades locales una mayor celeridad en la legalización de los predios donde será emplazado el complejo carcelario, tomando en cuenta que los recursos están asegurados, aunque con el peligro que sean transferidos a otras jurisdicción en perjuicio de esta región amazónica.
Desde hace varios años atrás las autoridades de gobierno dispusieron una partida con más de un millón de bolivianos para iniciar la construcción de la cárcel, sin embargo en Riberalta se presentaron trabas legales que impidieron la concreción del proyecto, relegando la necesidad que tienen los detenidos para vivir en mejores condiciones, además de agravarse la situación de extremo hacinamiento.
Hasta concretar el proyecto de la nueva cárcel, la Pastoral de Penitenciarias y otras entidades de voluntarios recaudaron materiales y recursos para construir dos celdas en los terrenos aledaños a la carceleta, confirmándose también un aporte de la embajada de Dinamarca con aproximadamente 200 mil bolivianos.